Cuando hablamos de cuidado de la piel, uno de los factores fundamentales es la hidratación. Mantener la piel hidratada no sólo nos da un aspecto luminoso, joven y saludable, sino que también evita la aparición de líneas de expresión y la pérdida de elasticidad a largo plazo. Además, tener la piel deshidratada puede llegar a ser bastante molesto, pues provoca tirantez, descamación e incluso prurito. Así pues, proporcionarle los cuidados adecuados hará que nos sintamos más guapas y más cómodas, sobre todo en esta época en la que solemos exponer al aire libre más zonas de nuestra piel.
Por supuesto, la piel tiene su propio sistema de hidratación. Sin embargo, con la llegada del verano, hay muchos factores como la sudoración, la exposición al sol y al cloro, o las altas temperaturas, que hacen que la piel pierda mucho líquido. Por eso, es importante tener eso en cuenta y aportar un extra de cuidado para tener una piel sana y protegida. A pesar de lo que pueda parecer, mantener la piel hidratada es bastante sencillo: basta con incluir algunos pasos en nuestra rutina diaria y notaremos considerablemente la diferencia.
Bebe más líquidos
La hidratación de la piel comienza desde dentro. Si mantenemos nuestro cuerpo hidratado, nuestra piel también lo estará. Para ello, asegúrate de ingerir bastante agua o bebidas refrescantes como tés fríos o zumos de frutas, incluso aunque no tengas sed. De esta manera no sólo estarás cuidando tu piel desde dentro, sino que todo tu cuerpo agradecerá un aporte extra de líquido. ¡Recuerda que estamos compuestos mayoritariamente por agua!
Nutre tu cuerpo con alimentos ricos en agua
Los alimentos que contienen una gran cantidad de agua como frutas y verduras también favorecen la hidratación, pues aportan a nuestro cuerpo los líquidos y las sales minerales que necesita. Además, evitar las grasas saturadas ayuda a lucir una piel sin exceso de grasa, y la Vitamina C de algunos vegetales y frutas favorece la formación de colágeno, proteína que mantiene la elasticidad de la piel y previene su envejecimiento.
Limpia y exfolia tu piel con mayor frecuencia
Durante todo el día estamos expuestos a una gran variedad de factores que dejan residuos e impurezas en nuestra piel. La contaminación, por ejemplo, deposita partículas sobre la piel que, sumadas a las toxinas y secreciones de nuestras propias células, hace que una buena higiene sea esencial para tener una piel sana y cuidada. Debemos limpiar la piel con productos adecuados a diario, y realizar exfoliaciones para eliminar las células muertas una vez a la semana. Así, favoreceremos su oxigenación y regeneración, y tendremos una piel más suave y luminosa.
Protégete de la exposición al sol
Uno de los factores más dañinos para nuestra piel en verano son los rayos UVA. El sol tiene multitud de efectos nocivos, pues además de causar quemaduras y enfermedades, reseca la piel y acelera el envejecimiento celular. Por eso, es muy importante proteger nuestra piel antes y durante la exposición al sol con un buen protector solar, como por ejemplo Prototype50+. Lo ideal es usar protección solar no sólo en piscinas o playas, sino también en las zonas expuestas a los rayos UVA cuando salimos a la calle, especialmente en las horas de mayor riesgo.
Hidrata tu piel tras la exposición al sol
Por mucho que protejamos nuestra piel de la radiación solar, es importante aplicar un plus de hidratación tras haber estado expuestos al sol. Elegir una loción hidratante adecuada a nuestro tipo de piel nos proporcionará la hidratación necesaria. Existen cremas que también proporcionan un efecto refrescante y calmante, que además de cuidar la piel, nos hacen sentir más fresquitas y cómodas.
Mantener la piel hidratada en verano es tan fácil como seguir estos sencillos consejos. Sin embargo, las pieles sensibles o con mayor tendencia a la sequedad a veces necesitan algunos cuidados más, especialmente en esta época del año. Enrojecimiento de la piel, prurito o descamación son algunos de los síntomas que delatan la irritación de nuestra piel. En estos casos, lo ideal es aplicar un producto específico que tenga un efecto hidratante más profundo, que alivie y calme los síntomas de forma rápida y efectiva. Por ejemplo, Policalm crema tiene propiedades paliativas del picor, hidratando y calmando las zonas irritadas de la piel con tendencia al prurito y dejando una agradable sensación de confort.
También es muy habitual que el cuero cabelludo sea una de las zonas que más se reseca en verano, pues muchas veces no nos detenemos a prestarle los mismos cuidados que al resto de la piel. Policalm spray, por ejemplo, es un producto sanitario que proporciona un alivio inmediato y duradero al picor del cuero cabelludo, se puede aplicar en seco o en mojado y no deja residuo graso.
Vayas donde vayas, ¡ya no tienes excusa para no hidratar tu piel en vacaciones!