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La eficacia de Exscar en el tratamiento de las cicatrices

Hace tan solo unos meses que Exscar salió al mercado, pero ya se ha hecho un hueco gracias a su gran eficacia en el tratamiento de cicatrices. Así nos lo cuentan dermatólogos de toda España, que han podido comprobar cómo cicatrices de diversa naturaleza en sus pacientes han mejorado notablemente mediante la aplicación de Exscar. El doctor José Espejo Álvarez, dermatólogo en la clínica El Brillante de Córdoba, en colaboración con Marta Espejo Marín y Raquel Espejo Marín, nos ha remitido el caso de uno de sus pacientes quien, tras sufrir una quemadura de primer grado por una explosión en un cuadro de electricidad, ha visto cómo la cicatriz de su brazo ha evolucionado favorablemente gracias al uso de Exscar. Tras haberle prescrito diversos productos, apenas hubo cambios en la morfología de las secuelas durante casi un año de tratamiento. Sin embargo, en cuanto comenzó a aplicarse Exscar, la cicatriz experimentó una importante mejoría, apareciendo varias zonas con resolución y coloración blanquecina. Actualmente, el paciente continua usando Exscar en el cuidado de su cicatriz, dado que con los anteriores productos no se observó prácticamente mejoría. Y es que quedan patentes los beneficios que aporta, ya que ablanda la cicatriz y restaura su elasticidad debido a sus componentes (ácido hialurónico, sangre de drago, aceite de Lentiscus, aceite de oliva y jojoba). Todo esto se traduce en una importante mejoría en la evolución, aclarando el eritema y disminuyendo el prurito y la tensión de la piel. Además, el cuidado de una cicatriz se puede completar con un protector solar, como Prototype 50+, más ahora que comienza a salir más el sol, para evitar que queden marcas durante el tratamiento.

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Alopecia androgénica: ¿por qué se me cae el pelo?

Con la llegada del otoño son habituales las consultas sobre la caída del cabello. A pesar de que se trata de un proceso normal de renovación del pelo, muchas veces nos agobiamos pensando con la posibilidad de quedarnos calvos o de que nuestra melena no vuelva a ser lo que era… La alopecia androgénica o calvicie común es el tipo de alopecia más habitual en la sociedad actual, sobre todo entre la población masculina, aunque también afecta a mujeres. Suele empezar a apreciarse en las entradas del cabello y la coronilla, y provoca una disminución tanto en la cantidad como en la calidad del pelo. Aunque puede comenzar en cualquier momento después de la pubertad,  normalmente empieza al principio de la vida adulta y se hace evidente al llegar a los 30 o 40 años. A pesar de tener un origen genético, que en nuestra familia haya antecedentes de calvicie no implica necesariamente que vayamos a sufrirla, pues hay una gran cantidad de genes implicados en la herencia de la alopecia. Por lo tanto, aunque la alopecia en nuestra familia puede ser un dato indicativo para conocer nuestra predisposición a sufrirla y ayudarnos a detectarla prontamente, no es un dato concluyente. Además hay que tener en cuenta que existen una gran variedad de factores externos que influyen a la hora de desarrollar alopecia androgénica: el estrés, los cambios hormonales, la vida sedentaria, los malos hábitos alimenticios y algunas enfermedades, entre otros. ¿Cómo se origina entonces la alopecia androgénica? Este tipo de alopecia aparece debido a la acción de enzima 5-alfa-reductasa sobre la testosterona, una hormona presente en hombres, en mayor proporción, y en mujeres. La enzima actúa sobre la testosterona y la transforma en dihidrotestosterona, que se adhiere al receptor y atrofia el folículo piloso, produciendo la debilitación y posterior caída del cabello. Así, notaremos cómo vamos perdiendo progresivamente volumen  capilar y  el pelo es cada vez más fino debido a la minimización de los folículos. La alopecia androgénica es un tipo crónico de caída del cabello, pero sí que se pueden tomar medidas para frenar su avance y alargar el ciclo de vida del pelo. Por eso, es importante identificarla tempranamente y comenzar el tratamiento lo antes posible. Si bien no es posible recuperar los folículos que han dejado de funcionar, sí que podemos actuar sobre los folículos pilosos aún activos y revertir el proceso, favoreciendo el crecimiento y fortalecimiento del cabello. Para ello, es esencial ser constante y mantener un tratamiento continuado en el tiempo.  Hairgen Champú: Su novedosa fórmula combate la caída del cabello, dejando el cabello sedoso y protegido gracias al colágeno marino. Se recomienda su uso frecuente. Hairgen Spray: Fortalece la raíz del cabello, aportando melatonina para estimular la fase anágena o de crecimiento del cabello. Se puede dosificar directamente en la zona deseada y es de fácil aplicación, pues no necesita aclarado ni deja residuos grasos. Se recomienda usar diariamente durante tres meses. Hairgen Espuma: Especialmente diseñada para tratar la alopecia androgénica, es la única espuma anticaída del mercado. Se recomienda su uso tres o cuatro veces por semana durante periodos de tres meses. Hairgen Cápsulas: Es un complemento nutricional con la concentración más alta de Saw Palmetto en el mercado. El Saw Palmetto actúa bloqueando la 5-alfa-reductasa y el receptor, así no se forma dihidrotestosterona y el bulbo no se atrofia, consiguiendo que el cabello crezca fuerte y sano. Está disponible tanto en formato de 30 como de 90 cápsulas, y se recomienda una cápsula al día durante tres meses. Combinando estos productos de probada eficacia, los resultados son visibles en pocas semanas. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que algunos factores como el estrés, los hábitos alimenticios, la vida sedentaria, el uso de secadores y planchas, algunas infecciones, etc., también pueden influir en la pérdida del pelo. Aunque si te preocupa que se te esté cayendo más el pelo o has notado algún cambio sospechoso en la calidad o cantidad del cabello, ante la duda lo mejor es consultar a un especialista que elabore un diagnóstico y nos recomiende el tratamiento más adecuado.

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Tu rutina de cuidado diario para pieles con acné

Cuando aparece una espinilla, la primera reacción después de entrar en pánico (siempre salen en el momento más inoportuno) es tratar de hacer que desaparezca aplicando todos los tratamientos y remedios caseros que se nos ocurren o que encontramos en Internet. Cuando vemos que no surte mucho efecto, el siguiente paso es aplicar diez kilos de maquillaje y corrector para tratar de disimularla. Sin embargo, cuando tratamos una espinilla que ya ha llegado a la superficie y nos olvidamos del resto de la piel, lo más probable es que no sirva para nada e incluso empeore la situación. Mantener la piel libre de imperfecciones no es actuar cuando ya han aparecido, sino adoptar una rutina de limpieza y cuidado diario adaptada a nuestra piel, en este caso con tendencia acneica. Esta rutina de belleza debe basarse en 4 pilares esenciales: limpieza, hidratación, protección y transformación. Estos pilares deberían estar presentes en la rutina de cuidado diario de cualquier persona, siempre utilizando productos adecuados para su tipo de piel, a pesar de que en este artículo nos centraremos en la rutina que deben seguir las personas que sufren acné. 1. Limpieza. Tener una piel saludable y sin imperfecciones comienza por una buena limpieza diaria. Así, conseguiremos eliminar las células muertas y el exceso de grasa, además de evitar que la suciedad e impurezas se acumulen en la piel y obstruyan los poros. Para ello, debemos elegir un limpiador adecuado y utilizarlo dos veces al día, por la mañana y por la noche. Acnaid Jabón Líquido limpia la piel en profundidad a la vez que previene la aparición del acné gracias a su composición a base de extracto de agua de nenúfar, piroctona olamina y glicerina. Además, es anti-bacteriano, cicatrizante y antioxidante, ayudando a que la piel se mantenga tersa y minimizando el riesgo de infección. 2. Hidratación. Una vez la piel está limpia, es el momento de aplicar una crema hidratante y libre de aceites que aporte al rostro todo el agua que necesita. No nos cansamos de repetir que la hidratación es clave para mantener la piel sana y luminosa. Para las pieles con tendencia al acné es incluso más importante mantenerla hidratada, pues ante la falta de agua, la piel produce más grasa y, por tanto, aparecen más granitos. Una piel adecuadamente hidratada forma una capa protectora muy eficaz contra los agentes externos como el frío, el viento o la contaminación, por lo que la necesidad de generar grasa para protegerse es menor. 3. Protección. Es posible que parezca que en los meses fríos del año la protección solar no es tan necesaria, pero la radiación solar sigue siendo la misma y zonas como las manos o el rostro siguen estando igual de expuestas a los rayos UV. Incluso aunque parezca que el sol elimina los granitos, su efecto es justo el contrario, y puede provocar nuevos brotes y dejar cicatrices permanentes del acné. Por eso, es de vital importancia seguir utilizando un protector solar que prevenga el daño del sol en nuestra piel. Prototype 50+ Face Cream es una crema de protección solar con SPF 50+ que, además de proteger, hidrata y repara la piel. Además, no deja residuo graso, por lo que puede usarse en pieles con acné. 4. Transformación. Conocer nuestro tipo de piel es indispensable para aplicarle los cuidados que necesita, y en el caso de la piel con tendencia acneica es importante utilizar un producto que nos ayude a regular la producción de sebo y disminuir la aparición de granitos. Acnaid Gel es un novedoso tratamiento para el acné gracias a su innovadora composición con peróxido de hidrógeno y ácido salicílico. Los resultados son visibles en pocas semanas, y su fórmula produce un menor riesgo de irritación y no reseca la piel. Se recomienda usarlo 1 o 2 veces al día.    Por supuesto, lo más importante para que esta rutina funcione (además de ponerla en marcha) es ser constante, ya que los resultados normalmente no son inmediatos y para mantenerlos debemos seguir realizando nuestra rutina de cuidado facial diariamente. Aún así, pronto sentirás que tu piel está más luminosa, tersa e hidratada, y con un poco de paciencia no tardarás en notar que el acné se ha reducido visiblemente. ¡Comprométete con la salud de tu piel cada día y disfrutarás de una piel libre de granitos!

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La Psoriasis del cuero cabelludo.

La aparición de caspa normalmente lo primero que conlleva es una preocupación estética, pero también puede ser síntoma de un problema dermatológico subyacente, como la dermatitis seborreica o la psoriasis. La psoriasis es una enfermedad genética de la piel que afecta al 2% de la población, si bien es cierto que el 70-80% de las personas que padecen psoriasis presentan psoriasis en el cuero cabelludo. Este tipo de psoriasis puede ser leve y presentarse en forma de una fina descamación, o severa, provocando en el cuero cabelludo una placa roja y gruesa que puede provocar un intenso picor. Ahora bien, ¿cómo podemos identificar la psoriasis de cuero cabelludo? Te explicamos la diferencia con otro tipo de afecciones del cuero cabelludo. Normalmente, la psoriasis viene acompañada de rojeces que se pueden extender más allá de la línea de crecimiento del pelo y áreas escamosas, mientras que si es simplemente caspa está suelta por el cuero cabelludo y el pelo. Las zonas enrojecidas también suelen estar cubiertas de escamas de piel muerta de color plateado. Los síntomas suelen tener épocas de brotes y otras de remisión, siguiendo un patrón cíclico. Esto quiere decir que en ciertos periodos los síntomas pueden desaparecer y luego, en una época de estrés por ejemplo, reactivarse con un brote intenso y repentino. Además, la psoriasis en cuero cabelludo suele venir acompañada de psoriasis en otras zonas del cuerpo, especialmente en manos y pliegues de la piel como los codos, e incluso las uñas. La psoriasis de cuero cabelludo conlleva problemas tanto físicos como psicológicos para los pacientes, pues aparte de la incomodidad, la irritación y el picor, las placas psoriásicas pueden ser visibles cuando sobrepasan la línea de crecimiento del pelo, y afecta a las relaciones sociales de las personas que la padecen. Aunque a día de hoy no es posible una cura, sí que existen muchos tratamientos para paliar los síntomas de la psoriasis del cuero cabelludo y mantener los brotes a raya. Bionatar Champú es un champú indicado para el tratamiento de la psoriasis en cuero cabelludo con una cosmética excelente y una combinación de activos que trata todos los síntomas. Así, su fórmula a base de ictiol pale y aceite de Incha inchi tiene un efecto antiinflamatorio y ayuda a regular el exceso de producción de sebo. Su combinación con Bionatar Spray reduce el picor y la descamación provocados por la psoriasis en cuero cabelludo sin dejar residuo graso.   También hay algunas rutinas y medidas que podemos implementar en nuestra vida cotidiana y que nos ayudaran a mantener la Psoriasis del cuero cabelludo bajo control. Por ejemplo, es esencial evitar rascar el cuero cabelludo, pues a pesar del intenso picor que puede llegar a producir la psoriasis de cuero cabelludo, rascarse conlleva la aparición de lesiones cutáneas y heridas. Esto puede producir el fenómeno conocido como «fenomeno de Koebner», que conlleva la aparición de placas de psoriasis en zonas sometidas a un traumatismo previo, como puede ser la fricción o las heridas producidas al rascarnos. Por supuesto, es esencial poner especial cuidado en la piel del cuero cabelludo, incluso en los periodos de remisión de la enfermedad, con tratamientos de mantenimiento. Además, es aconsejable intentar identificar los brotes lo antes posible, pues así podremos comenzar el tratamiento cuanto antes. En cuanto percibamos una alteración en la piel o que empeora levemente, debemos acudir al médico para poner en marcha las medidas necesarias, y aplicarlas sobre el cuero cabelludo. Esta zona puede ser un poco compleja a la hora de aplicar cualquier producto, pues es muy pilosa. Bionatar Champú y Bionatar Spray son de fácil aplicación y están diseñados para que el cuero cabelludo absorba todos los ingredientes activos, pero aún así hay que ser cuidadoso y aplicar bien los productos. También es importante ser constante y paciente, pues mantener los brotes a raya implica mucho esfuerzo y constancia.

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Prepara tu piel para el frío: El manual básico.

Por un momento parecía que no iba a llegar, pero poco a poco el otoño se va adueñando del clima y los días se vuelven más húmedos y fríos. Este cambio climatológico afecta a nuestro organismo de muchas formas diferentes, pero tiene un especial impacto en el órgano que envuelve y protege todo nuestro cuerpo: la piel. Irritaciones, rojeces, sequedad y descamación son algunos de los síntomas propios de esta época, pues el frío altera la película hidrolipídica de nuestra piel, haciendo que la actividad de las glándulas sebáceas sea menor, y tiene un efecto vasoconstrictor, disminuyendo la cantidad de oxígeno y nutrientes que reciben las células cutáneas. Para minimizar el efecto negativo de estos meses del año, hemos elaborado un pequeño manual para que prepares adecuadamente tu piel para el frío. 1. Agua y más agua. Hidratar la piel es uno de los puntos más importantes para evitar la sequedad y descamación. En los meses de otoño e invierno la calefacción seca mucho el ambiente, lo que hace que sea vital hidratarse correctamente a todos los niveles. Y cuando hablamos de hidratación, no sólo nos referimos a beber agua (que también), sino a comer agua. Los alimentos ricos en ella como frutas y verduras te ayudarán a mantener la hidratación y te aportarán nutrientes esenciales para tu piel. Además de la hidratación interna, también es importante hidratarnos aplicando una crema adecuada para nuestro tipo de piel por todo el cuerpo. Por ejemplo, Policalm crema es ideal para esta época porque hidrata la piel en profundidad y alivia los síntomas de la sequedad como el picor o la irritación, eliminando las células muertas que se suelen acumular en la piel en otoño. ¡Úsala las veces que necesites! 2. ¡Abrígate bien! El aire frío y el viento son algunos de los factores ambientales que debilitan la barrera cutánea de la piel. Cuando salgas a la calle, asegúrate de abrigarte bien, especialmente las zonas sensibles como las manos o la cara. Lo ideal es usar varias capas de ropa, pues así nos garantizamos poder adaptarnos  a las distintas temperaturas. Añade a tu look los gorros y bufandas que, además de protegerte del frío, son los complementos perfectos para esta temporada. 3. No descuides tu rutina de limpieza. En los meses de otoño e invierno es habitual que se acumulen más células muertas en la piel debido a los cambios bruscos de temperatura. Por eso, es imprescindible tener una buena rutina de limpieza diaria, para que la piel respire y eliminar las células muertas, restos de polución y otras sustancias que se depositan en ella a lo largo del día. Esta rutina debe incluir limpieza, exfoliación una vez a la semana e hidratación. 4. ¡Muévete! Hacer ejercicio estimula la circulación, lo que hace que lleguen más oxígeno y nutrientes a las células. También nos ayuda a eliminar toxinas y a mantener un cuerpo más firme, lo que favorece que la piel se mantenga en forma. 5. Protégete del sol. No nos cansamos de repetir que el sol otoñal, a pesar de ser más suave o de que el día esté nublado, sigue emitiendo radiaciones perjudiciales para la piel. Por eso es importantísimo proteger las zonas expuestas al sol como la cara o las manos con un buen protector solar como  Prototype 50+ durante todo el año. 6. Cuida tus labios. Las zonas más sensibles de la piel son las que se ven más afectadas cuando llega el frío, especialmente los labios. Debemos prestar especial atención a estas zonas para que no sufran, se sequen y se agrieten durante el otoño. Para ello, podemos exfoliar los labios y aplicar continuamente bálsamos labiales – nunca está de más llevar uno siempre encima – que los hidraten y protejan. 7. Evita el exceso de calor y los cambios bruscos de temperatura. La calefacción al máximo, ducharse con agua casi hirviendo o ponerse delante de la estufa son algunos de los placeres del otoño y el invierno, sobre todo si eres una persona friolera. Sin embargo, por muy placentero que nos pueda parecer, estos hábitos provocan sequedad e irritación en la piel, por lo que es mejor ducharse con agua tibia y abrigarse un poco más antes de subir la calefacción. Además, es aconsejable evitar los cambios drásticos de temperatura, pues aumenta la aparición de vasos dilatados y rojeces. ¡Así de fácil es disfrutar del otoño con una piel radiante!

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7 consejos para cuidar tu cabello en otoño

Después del verano, el sol, la sal del mar y el cloro de las piscinas, llega el otoño acompañado del frío y el cambio de estación. Estos factores favorecen que el cabello se debilite y se caiga más, pues el uso del secador sumado a la alteración en la producción de hormonas por el descenso de horas de luz natural afectan al ciclo de crecimiento del pelo. Además, el viento y la humedad encrespan y secan el cuero cabelludo, lo que suele derivar en un cabello más apagado y con menos brillo. Todo esto hace que sea aconsejable poner en prácticas algunas medidas y tratamientos que combatan la caída y debilitamiento del cabello. 1. ¡Corta por lo sano! Durante la época estival, el pelo suele estropearse bastante, por lo que es aconsejable acudir a la peluquería para, al menos, eliminar las puntas abiertas y las zonas más secas. Incluso podemos aprovechar la visita para hacernos un tratamiento hidratante y reparador. Además, afrontar la temporada con una melena saneada nos ayudará a reducir la caída del cabello. ¡Es el momento perfecto para un cambio de look! 2. Masajéate el cuero cabelludo. Activar la circulación es una de las claves para mantener el cabello nutrido, pues al dilatar los capilares favorecemos un adecuado riego sanguíneo y, por tanto, que los nutrientes lleguen hasta la raíz del cabello. Así, masajear el cuero cabelludo suavemente con las yemas de los dedos cuando nos lavamos la cabeza favorece la actividad metabólica y crecimiento del pelo. 3. Usa cepillos de cerdas naturales. Cepillar el cabello concienzudamente también nos ayuda a activar la circulación. Los cepillos de cerdas naturales son ideales para esta tarea porque respetan más el cabello y evitan su rotura. También es importante evitar peinados muy tirantes como trenzas, coletas o recogidos muy apretados, ya que debilitan el pelo. 4. Cuida la alimentación. Aunque pueda parecer un aspecto secundario, los hábitos alimenticios influyen en gran medida en la apariencia y fortaleza del cabello. Una alimentación rica en vitamina B fortalece el pelo, mientras que los minerales como el hierro o el magnesio y  consumir las proteínas adecuadas favorece que nuestra melena luzca sana y brillante. Incluso hay alimentos específicos como la levadura de cerveza que nos ayudan a recuperar la salud del pelo. Por otro lado, es esencial mantener nuestro cuerpo hidratado consumiendo diariamente la cantidad adecuada de agua (tanto bebiendo como consumiendo alimentos que la contienen) para evitar que el cabello se vuelva seco y quebradizo. También podemos añadir algún complemento nutritivo para evitar la caída del cabello en esta época como Hairgen Cápsulas, que gracias a su innovadora fórmula con Saw Palmetto y extracto de té verde como principales activos, presenta resultados visibles muy rápidamente con sólo una cápsula al día durante tres meses. Además, ahora su nuevo formato de 90 cápsulas permite completar el tratamiento con una sola caja. 5. No abuses del calor. Cuando llega el frío es habitual recurrir al secador, la plancha u otros aparatos de calor para contrarrestar el frío y el encrespamiento. Y realmente salir de la ducha y quedarse un ratito con el secador a toda potencia es uno de los pequeños placeres de la vida.  Sin embargo, este tipo de aparatos dañan la estructura capilar, por eso lo mejor es reducir su uso al mínimo y, cuando los usemos, hacerlo con la menor temperatura y tiempo de exposición posible. Antes de utilizar el secador, procura usar una toalla para absorber toda la humedad posible y que el contraste del calor con el pelo mojado no sea tan drástico. Es recomendable proteger el cabello con un protector del calor antes de usar cualquier tipo de fuente de calor.  También es aconsejable evitar los cambios bruscos de temperatura, pues el contraste entre los interiores calefactados y el frío exterior favorece que el cabello se vuelva más frágil y quebradizo. 6. Relájate y despeja tu mente. El estrés es uno de los factores principales que favorecen la caída del cabello. Además de afectar a la circulación del cuero cabelludo, empeora la apariencia del pelo y provoca alteraciones en el ciclo capilar. Por eso, intenta despejar tu mente de preocupaciones y agobios y mantén el estrés a raya. 7. La hidratación es la clave. Para evitar que en otoño el pelo se vuelva seco y apagado es fundamental hidratarlo en profundidad. Es importante elegir los productos capilares adecuados para cada tipo de cabello, así como aplicar un acondicionador que refuerce el pelo y facilite el peinado. Por ejemplo, Hairgen Champú es un champú enriquecido con colágeno marino diseñado para frenar la caída y reparar cabellos dañados gracias a una composición que actúa en todas las etapas implicadas en la caída del pelo. ¡Este otoño presume de melena!  

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Guía básica para el cuidado de la piel de tu bebé

La piel de los bebés es mucho más delicada, permeable y fina que la de un adulto. Por eso, se merece un mimo y cuidado especial, ya que tienen una piel muy frágil desde que nacen hasta los 3 años aproximadamente. Después del nacimiento, es normal que la piel de las extremidades y las manos esté algo arrugada, así como que se mude esa primera capa de piel y se le pelen las manos y muñecas, ¡no te asustes! Conforme va cumpliendo meses, su piel se normaliza y está suave e hidratada. Aún así, sigue siendo más fina, sensible y permeable, pues esta hipersensibilidad le resulta muy útil al bebé a la hora de conocer el mundo exterior y de percibir sensaciones. Por eso, es importante tomar algunas precauciones para evitar alteraciones cutáneas, aunque sin obsesionarnos con ello. La temperatura de la casa. Lo ideal es que la temperatura de vuestro hogar se mantenga constante a unos 24 grados, evitando subir más la calefacción para que no se reseque la piel del bebé abrigándolo más si fuera necesario. Elige la ropa adecuada. La piel de los bebés tienen poca tolerancia a las fibras artificiales y sustancias químicas, por eso, lo mejor es vestirlo con prendas hechas de tejidos naturales como el algodón o el lino. También es aconsejable cortar las etiquetas, que suelen provocar irritación, y lavar la ropa con detergentes ultrasuaves y sin suavizantes al menos durante el primer año de vida. Si se trata de un niño atópico, su piel es especialmente sensible a las fibras sintéticas y a la lana, por lo que debemos mantener estos cuidados incluso conforme se vaya haciendo mayor. El baño. Los bebés pueden bañarse diariamente o cada dos días con un jabón específico para bebés, aunque los recién nacidos sólo deben  bañarse con agua tibia, e ir incorporando los jabones para bebés progresivamente. Lo primero es comprobar con un termómetro que la temperatura del agua es la adecuada: debe estar entre los 20º y 22º. Es aconsejable que el cuarto de baño esté a unos 37º y preparar todo lo que vayamos a necesitar previamente. Es importante controlar el tiempo del baño y no tener al bebé en la bañera más de 5 minutos, lavándole el cuero cabelludo a conciencia para eliminar el sudor y la suciedad justo antes de sacarle del agua, pues la cabeza es una zona por la que los bebés pierden mucho calor. Al secarlo, hay que hacerlo con delicadeza, dándole ligeros toquecitos y sin frotar, comprobando que no queda humedad en los pliegues de la piel. Para los bebés que sufren dermatitis atópica, los pediatras aconsejan bañarlos dos o tres veces por semana, pues la barrera cutánea se altera con el baño y pueden aparecer más síntomas. Si mantenemos una buena higiene al cambiarle el pañal, limpiando la zona con una esponja y le lavamos las manitas no hace falta darles un baño a diario, y menos usar jabón, a no ser que al pequeño le relaje el agua calentita antes de dormir. No te olvides de la hidratación. Después del baño no debemos olvidar aplicar con un suave masaje una crema hidratante que mejore la barrera de la piel y la mantenga hidratada. En el caso de los bebés con piel atópica, se les debe aplicar una crema específica para tratar los síntomas y cuidar la piel con dermatitis atópica como Eczaid, una crema con una innovadora fórmula que previene y restaura las alteraciones de la barrera cutánea hidratando la piel en profundidad. El cambio de pañal. La zona del pañal es una zona muy sensible y delicada. Por eso debemos limpiar el culito del bebé con toallitas especiales o con agua y un gel específico. Debemos realizar la limpieza desde la zona más limpia a la más sucia, y desde delante hacia detrás, procurando no arrastrar la suciedad. Una vez el bebé este limpio, debemos aplicar una crema o pomada que proteja la zona del pañal y evite irritaciones. Perfumes y colonias, sin alcohol. No es recomendable utilizar ningún tipo de perfume o colonia en el bebé, pues tienen un potencial irritante y alergizante bastante algo. Aún así, si decidimos usarlos, lo ideal es que se apliquen sobre la ropa en zonas que no pueda chupar, nunca directamente sobre la piel o el pelo del bebé, y siempre, siempre, utilizar colonias y perfumes sin alcohol. ¡Nos vamos de paseo! Cuando salgamos de paseo en los meses de otoño e invierno, debemos abrigar adecuadamente al bebé y cubrir las zonas más delicadas para protegerle del frío. Así evitaremos tanto resfriados como que el frío le reseque la piel. Aunque en esta época del año normalmente está nublado y no hay mucho sol, es esencial proteger la piel del bebé de la radiación solar aplicándole una crema solar específica en las zonas expuestas. Por ejemplo, Prototype Kids & Family además de proteger de los rayos UV, hidrata en profundidad la piel. Bebés con piel atópica. Es bastante frecuente que los niños sufran erupciones en la piel en ciertos momentos durante su desarrollo. Estas erupciones no suelen tener mayor importancia, pero sí que resultan bastante molestas porque provocan picor. Los eczemas irritan y enrojecen la piel, y los más pequeños pueden hacerse heridas al rascarse, por lo que hay que prestarles un cuidado especial. Para prevenir  y tratar la aparición de estos eczemas y mantener la barrera cutánea en buen estado, se pueden aplicar cremas como Eczaid, que hidratan la piel, calman los síntomas y previenen la aparición de nuevos brotes. También es interesante utilizar jabones especiales para pieles atópicas. En cualquier caso, si observamos cualquier tipo de alteración en la piel de nuestro pequeño, lo mejor es acudir al dermatólogo para que evalúe el problema y elabore un diagnóstico para determinar el tratamiento más adecuado.

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Psoriasis: resolviendo dudas

Psoriasis es una palabra que probablemente hemos escuchado más de una vez, pues es una afección cutánea bastante común y que sufre un 2,3% de la población española. Sin embargo, en muchos casos no tenemos claro qué es y qué implica esta enfermedad. ¿Es contagiosa? ¿Se cura? ¿Cómo se manifiesta? En este artículo respondemos a las principales dudas y cuestiones que pueden surgir acerca de esta patología. ¿Qué es la psoriasis? Cuando hablamos de psoriasis nos referimos a una enfermedad frecuente de la piel que se caracteriza por la aparición de lesiones escamosas engrosadas e inflamadas que tienen su origen en un trastorno autoinmune. Este trastorno del sistema inmunológico provoca que las células de la última capa de la piel tengan un nivel de crecimiento mucho más rápido de lo normal, dando lugar a esas escamas blanquecinas que denominamos placas psoriásicas. No se conoce su causa con seguridad, aunque existen factores genéticos que favorecen el desarrollo de la enfermedad. ¿Cuáles son sus síntomas? Las placas psoriásicas se presentan en forma de zonas enrojecidas e inflamadas cubiertas por escamas blanquecinas, que suelen ir acompañadas de picor, ardor e incluso dolor. Pueden localizarse en cualquier parte del cuerpo, aunque suelen aparecer con mayor frecuencia en codos, rodillas, cuero cabelludo, abdomen, espalda y uñas. ¿Es contagiosa? La psoriasis no es una enfermedad contagiosa, aunque la visibilidad de las lesiones suele tener un impacto importante sobre la calidad de vida de los pacientes. ¿Se trata de una patología crónica? Actualmente, no existe cura para la psoriasis, aunque la mayoría de los tipos de psoriasis tienen ciclos, con brotes que duran semanas o meses y que luego disminuyen e incluso llegan a remitir totalmente. A pesar de ser una patología crónica, hay tratamientos muy efectivos que permiten mantener la enfermedad bajo control y eliminar o disminuir los síntomas durante periodos más o menos prolongados. Por ejemplo, Bionatar crema es un producto sanitario no invasivo diseñado para controlar las irritaciones e inflamaciones de la piel causadas por la psoriasis. Su fórmula única rica en ictiol, extracto de sauce blanco, ácido salicílico y provitamina D3 ayuda a eliminar y suavizar las escamas, disminuyendo la sensación de picor y el enrojecimiento. Adoptar medidas en nuestro estilo de vida que eviten los factores desencadenantes de los brotes de psoriasis como el tabaco, el alcohol o el estrés, también nos facilitará controlar los síntomas de la enfermedad.

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Cómo reconocer el eczema atópico en bebés

El eczema atópico, también conocido como dermatitis atópica o simplemente eczema o eccema, es una patología cutánea bastante común que afecta al 10% de los bebés y niños aproximadamente. Se suele manifestar por primera vez en el primer año de vida y aparece como una erupción roja o grisácea, inflamatoria y pruriginosa, normalmente en las zonas de flexión como el interior de codos y rodillas. No se conoce la causa exacta de la dermatitis atópica, aunque posiblemente se debe a una combinación de condiciones hereditarias y cotidianas que desencadenan su aparición. Normalmente, los síntomas del eczema atópico son bastante sencillos de identificar. El primer signo de dermatitis atópica suele ser el enrojecimiento, descamación e inflamación de la piel, acompañado de un intenso picor. Lo más habitual es sentir la piel seca y rugosa, incluso llegando a formar ampollas y costras que pueden supurar. Frecuentemente, estas erupciones se producen en zonas de flexión, como la parte interna de los codos y detrás de las rodillas, aunque puede producirse en otras zonas como el cuello, la cara las manos o los pies, especialmente en bebés. Otro signo característico de la dermatitis atópica es su evolución. Esta enfermedad progresa en brotes que se suceden con periodos de remisión. Durante los brotes, la piel empeora y se acentúan los síntomas, mientras que en las remisiones desaparecen, aunque la piel suele presentar sequedad de forma permanente. Existen factores desencadenantes que favorecen la aparición de brotes como el estrés, los tejidos sintéticos, agentes irritantes como el cloro de las piscinas, infecciones, el sudor o temperaturas extremas. En los bebés, además, podemos identificar esta patología por la incomodidad que produce debido a la intensidad del picor. Esto provoca que se rasquen hasta el punto de hacerse heridas, incluso que no puedan dormir por la noche. Además, los niños que sufren eczema atópico suelen desarrollar otras patologías como asma o alergias. Ante la presencia de síntomas que nos hagan sospechar que nuestro hijo sufre dermatitis atópica, lo mejor es llevarlo a su dermatólogo para que nos confirme si se trata de eczema atópico o no, así como para que nos facilite información detallada y un tratamiento para aliviar la sintomatología. En cualquier caso, lo más aconsejable suele ser mantener la piel hidratada en todo momento con productos específicos como Eczaid crema, que restauran la barrera cutánea y calman el picor y la irritación, y evitar en la medida de lo posible los factores desencadenantes de los brotes del eczema.

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¿Conoces el ciclo de crecimiento de tu cabello?

¿Sabías que tu cabello tiene varias etapas de crecimiento? Las fases del ciclo capilar vienen determinadas por varios factores como la genética o los hábitos alimenticios, y pueden verse modificadas por cambios en el organismo causados, por ejemplo, por el estrés o el embarazo. Es un proceso cíclico y asincrónico, es decir, cada pelo evoluciona independientemente del proceso capilar de los que le rodean. Además, es un proceso que afecta por igual a todas las personas y a cualquier pelo de nuestro cuerpo. Lo que realmente varía es, pues, el ritmo de crecimiento y la duración del desarrollo, tanto de una persona a otra como entre las diferentes partes del cuerpo. Cada persona suele tener entre 130.000 y 150.000 folículos en la cabeza y los pelos suelen crecer a un ritmo de 1 centímetro por mes, aunque estos números va disminuyendo conforme pasan los años. Asimismo, es normal que se caigan entre 50 y 100 cabellos al día, pues se debe al funcionamiento del ciclo capilar. Durante este ciclo, cada pelo sano pasa por tres fases sucesivas: la fase de crecimiento, la fase de transición y la fase de reposo.   Fase de crecimiento o anágena. Esta fase dura entre dos y siete años aproximadamente, es la fase en la que el pelo nace y crece pegado a la papila, por lo que es clave para la formación y crecimiento del cabello sano. El folículo está sano y su metabolismo está en actividad permanente, asegurando una división de las células capilares muy rápida. La duración de esta fase determina también la longitud del pelo, que será más largo cuanto más dure esta etapa. El cabello es especialmente sensible en esta fase, por lo que se ve afectado por el estrés, enfermedades, embarazo o carencias alimenticias, que provocan una reducción de la duración de crecimiento. Fase de transición o catágena. Tras la fase de crecimiento, comienza la etapa catágena, que dura aproximadamente unas tres semanas. La actividad celular se detiene y el folículo cambia de forma, haciéndose más pequeño. El pelo deja de crecer y se desprende de la raíz, desplazándose por el cuero cabelludo. Fase de reposo o telógena. Es la etapa en la que el folículo descansa y el cabello comienza a caerse. Tiene una duración de entre 3 y 4 meses, y el pelo empieza a desprenderse tanto por sí sólo como a causa del empuje del nuevo cabello que está empezando a crecer, pues cuando termina esta etapa el ciclo capilar comienza de nuevo con la fase anágena.   Lo habitual es que el 85% de nuestro cabello se encuentre en fase de crecimiento y sólo el 14% en la de reposo. Cuando hay un problema de caída del cabello, suele deberse al desequilibrio de esta proporción. El estrés, los cambios hormonales y climáticos también puede provocar la finalización del ciclo capilar, que se produce cuando el pelo deja de crecer en el folículo. En estos casos, poner medios para restaurar el equilibrio del ciclo capilar y lograr que el folículo en fase telógena vuelva a la fase de crecimiento. Por ejemplo, la gama de productos Hairgen previene la caída y repara el cabello dañado, dejándolo suave y protegido de los agentes externos. Para ello, combina Hairgen Champú, un champú diseñado para fomentar el crecimiento del pelo que repara el cabello dañado en todas las fases del ciclo capilar, con Hairgen Spray, que fortalece la raíz del cabello, y Hairgen Espuma, que contiene acondicionador y es de fácil aplicación. Para mayor eficacia, lo ideal es sumar al tratamiento Hairgen Cápsulas, uno de los productos más innovadores del mercado para la caída del cabello. Su composición tiene la mejor combinación de activos clínicamente probados para el tratamiento de la alopecia androgénica, y los estudios clínicos han demostrado que son las más eficaces. Después de las vacaciones, ¡luce una melena sedosa y abundante!    

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