5 razones para utilizar un buen protector solar
Llega el verano y, con él, los días de playa y piscina, excursiones por el campo y actividades disfrutando del buen tiempo al aire libre. Sin embargo, hay que tener cuidado con el sol, pues por muy atractivo que nos resulte el bronceado, la exposición solar prolongada sin la protección adecuada puede provocar ciertos problemas en la piel como quemaduras o queratosis actínica, e incluso, en los peores casos, cáncer de piel. 1. Quemaduras solares Las quemaduras solares es el primer problema que aparece tras la exposición prolongada al sol, y también el más frecuente. Se caracterizan por el enrojecimiento de la piel, y suelen aparecer entre 4 y 24 horas después de la sobreexposición a los rayos UVA. Los síntomas pueden variar desde la piel sensible y caliente hasta ampollas, fiebre, escalofríos, naúseas o erupción cutánea en los casos más graves. A pesar de que las quemaduras solares son temporales, el daño que se produce en las células cutáneas suele ser permanente, lo cual puede tener serias consecuencias a largo plazo, incluyendo el cáncer y el envejecimiento prematuro de la piel. 2. Queratosis actínica La queratosis actínica o queratosis solar es una enfermedad que se manifiesta en forma de parches de piel gruesa y escamosa que aparece tras la exposición prolongada y continua al sol, generalmente durante varios años. El daño solar se va acumulando, por lo que suele aparecer en las zonas que habitualmente están expuestas al sol como el rostro, los brazos, las manos y el cuero cabelludo. Un cierto porcentaje de queratosis actínica se puede convertir eventualmente en cáncer de piel, por lo que se debe consultar a un especialista que evalúe los cambios en la piel y pueda determinar cuando las manchas son cancerosas y cuando no. 3. Cáncer de piel El cáncer de piel es el tipo de cáncer más frecuente, y su aparición está relacionada con la exposición prolongada a los rayos ultravioleta. Los más comunes son el carcinoma de células escamosas y el carcinoma de células basales, aunque el más conocido usualmente es el melanoma, pues es el que tiene una tasa de mortalidad más alta. Su aparición se suele diagnosticar por la aparición de un lunar, protuberancia, imperfección o marca atípicos, o por un cambio inusual y sospechoso en el aspecto o sensación de un área de la piel. 4. Envejecimiento prematuro de la piel Otra de las consecuencias de la sobreexposición al sol es la aparición de arrugas y manchas y pérdida de elasticidad de la piel. Esto se debe a que los rayos UVA aceleran el envejecimiento de las células cutáneas que dan firmeza a la piel, alterando su proceso natural. 5. Alergia al sol La alergia al sol normalmente se caracteriza por la aparición de erupciones que provocan enrojecimiento y picazón en la piel, aunque la más frecuente es la erupción polimorfa lumínica, también conocida como intoxicación solar. Este tipo de alergia al sol suele aparecer en primavera o al principio del verano, manifestando síntomas como pequeños bultos y pápulas, normalmente en la cara y el escote. Para evitar todos estos problemas que causa la exposición a los rayos UVA en la piel, lo más importante es evitar el sol en las horas de mayor radiación y protegerse utilizando un buen protector solar como Prototype50+ en todo momento. Es importante aplicar la crema solar media hora antes de la primera exposición y repetir su aplicación cada dos horas como mínimo en abundante cantidad. El uso de gorros, gafas y camisetas, así como beber agua continuamente para estar hidratados también son importantes a la hora de disminuir los efectos nocivos del sol. Hay que tener especial cuidado con los más pequeños de la familia, utilizando para ellos una protección específica y de mayor factor, como por ejemplo Prototype Kids & Family, pues son los mas sensibles a la radiación. Este verano, no olvides protegerte del sol de forma segura, ¡y a disfrutar de las vacaciones!